SIMPOSIO: GÉNERO Y SALUD
Consumo de alcohol y género en la población
adolescente escolarizada del Perú: evolución y retos de intervención
Alcohol consumption and gender in the adolescent
school population of Peru: evolution and intervention challenges
William Cabanillas-Rojas 1 Licenciado en Psicología
1 Observatorio Peruano de Drogas. Comisión Nacional
para el Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA), Lima, Perú.
RESUMEN
El involucramiento en el uso de alcohol representa
un riesgo significativo para el desarrollo mental y físico de los adolescentes.
El objetivo de este artículo es describir la evolución del consumo de alcohol
en escolares hombres y mujeres de nivel secundario del Perú durante el periodo
2007-2017, haciendo énfasis en los hallazgos sobre la reducción de las
diferencias en las magnitudes de uso entre ambos géneros y la información
reciente sobre mayor prevalencia en la población femenina adolescente. Se
proponen recomendaciones dirigidas a la ampliación de cobertura y calidad de
los programas preventivos en el ámbito escolar, adaptación de contenidos y
estrategias preventivas sensibles al género, conformación de mecanismos
articulados de detección temprana, derivación e intervención breve, elaboración
de guías y protocolos específicos de tratamiento para adolescentes, y
fortalecimiento de la articulación intersectorial para la reducción del
consumo del alcohol en menores de edad.
Palabras clave: Alcohol; Género; Adolescente; Perú; Escuela (fuente: DeCS BIREME).
ABSTRACT
The involvement in the use of alcohol represents a significant risk for the mental and physical development of adolescents. The objective of this article is to describe the evolution of alcohol consumption in male and female secondary school students in Peru during the
2007-2017 period, emphasizing
the findings on the reduction
of differences in the usage magnitudes between both genders and recent information on high prevalence
in the adolescent female population. Recommendations are proposed aimed at expanding coverage and quality of preventive programs in the school, adaptation
of gender-sensitive content
and preventive strategies,
creation of articulated mechanisms for early detection, referral and brief intervention, development of specific guidelines and protocols for treatment
for adolescents, and strengthening of the intersectoral articulation for the reduction
of alcohol consumption in adolescents.
Keywords: Alcohol; Gender; Adolescent; Peru; School (source: MeSH NLM).
INTRODUCCIÓN
El consumo de alcohol es un
importante factor de riesgo para diversas consecuencias adversas durante todo
el ciclo vital; sin embargo, en la adolescencia cobra relevancia especial por
sus efectos negativos en el desarrollo físico y mental. El involucramiento en
el uso de bebidas alcohólicas por parte de los adolescentes se asocia, entre
otros, con efectos negativos en el desarrollo cerebral (1),
menor rendimiento académico (2), relaciones sexuales de riesgo (3),
conductas delictivas (4), lesiones y accidentes (5), suicidio (6), así
como con trastornos por abuso de alcohol en la edad adulta (7).
Estos riesgos psicosociales y sanitarios vinculados al uso de alcohol
justifican la necesidad de emprender esfuerzos de salud pública para los
adolescentes, considerando datos epidemiológicos y la utilización de
intervenciones basadas en la evidencia.
A nivel mundial, 155 millones
de adolescentes consumen alcohol, siendo el continente americano el segundo en magnitud(8). En el Perú, el alcohol es la droga más
consumida entre los adolescentes. Desde el establecimiento de mediciones
nacionales estandarizadas y comparables en la población escolar de nivel
secundario, el consumo de alcohol ha registrado las mayores prevalencias.
Recientemente, se ha estimado que el 29,5% de los escolares de nivel secundario
(alrededor de 438 000 adolescentes) refiere haber usado alcohol alguna vez en
la vida y el 17,5% (aproximadamente 259 000 estudiantes) reporta haber usado
alcohol en los últimos doce meses (9).
Esta primera aproximación
epidemiológica da cuenta sobre las significativas magnitudes de consumo de
bebidas alcohólicas en los escolares de nivel secundario. No obstante, las
características del uso de alcohol según género en este grupo de adolescentes
y sus alternativas de intervención han sido aspectos poco explorados en nuestro
país. En ese sentido, es importante destacar la necesidad de efectuar un
análisis en función del género que facilite los procesos de diseño e
implementación de políticas y actuaciones, tanto preventivas como terapéuticas.
Partiendo de un marco
explicativo sobre el consumo de alcohol, se identifican factores de riesgo que
ejercen efectos diferenciados en mujeres y hombres adolescentes. Por ejemplo,
los hombres adolescentes presentan menor reactividad al alcohol, requiriendo
mayores dosis de esa sustancia que las mujeres adolescentes. Asimismo, los
hombres adolescentes pueden estar más influenciados por el consumo parental de
alcohol y pueden ser más susceptibles a la influencia de pares. Se ha
evidenciado también que el monitoreo parental es un factor de protección más
influyente en las mujeres adolescentes (10).
A este panorama debe agregarse
que la población femenina presenta una vulnerabilidad específica (11,12):
1) son más susceptibles que los hombres a problemas asociados con el consumo
de alcohol; 2) progresan más rápidamente hacia el consumo problemático de alcohol
en comparación a los hombres; 3) tienden a ser más susceptibles que los hombres
a los problemas de salud asociados con el consumo de alcohol; 4) tienen una
progresión más rápida y grave hacia consumos dependientes; y 5) son más
vulnerables a recibir agresiones sexuales.
Con base en lo expuesto, el
objetivo de este artículo es analizar las magnitudes y características del
consumo de alcohol según género en la población escolar de nivel secundario del
Perú. Del mismo modo, se exploran las implicancias de la reducción en las
diferencias de consumo de alcohol en hombres y mujeres; se proponen además
recomendaciones de política e intervención preventiva y terapéutica para la
población adolescente. Para este fin, se han revisado publicaciones
especializadas, documentos institucionales y la información de los reportes
2007, 2009, 2012 y 2017 del Estudio Nacional sobre Prevención y Consumo de
Drogas en Estudiantes de Secundaria elaborados por la Comisión Nacional para el
Desarrollo y Vida sin Drogas (DEVIDA).
MAGNITUDES Y CARACTERÍSTICAS
DEL CONSUMO DE ALCOHOL SEGÚN GÉNERO EN LA POBLACIÓN ADOLESCENTE
Evolución de la prevalencia anual de consumo de alcohol en la
población escolar de nivel secundario según género
En la última década, el
consumo de alcohol entre los escolares de nivel secundario ha presentado un
comportamiento tendiente a la disminución (Figura 1). El análisis según
género, comparando el 2007 y 2017, revela que la prevalencia anual de consumo
de alcohol ha disminuido 50% en hombres y 32% en mujeres. Sin embargo, a pesar
de este aparente panorama alentador, se identifica en el
2017 magnitudes de uso de alcohol que expresarían la ocurrencia de una
convergencia de género. Por convergencia de género entenderemos a que las
diferencias del consumo de alcohol en mujeres y hombres adolescentes han
disminuido a lo largo del tiempo.
Fuente: Estudio Nacional sobre
Prevención y Consumo de Drogas en Estudiantes de Secundaria, 2007-2017
Figura
1.
Evolución de la prevalencia anual de consumo de alcohol en la población escolar
de nivel secundario según género, 2007-2017
Al desagregar la prevalencia
anual de consumo de alcohol según género, se observan leves diferencias hasta
el 2012. Durante el periodo 2009-2012
el descenso del consumo de alcohol fue menor en el grupo femenino en
comparación al grupo masculino. Para el 2017 se registra un cambio importante
en el uso de alcohol entre los escolares de nivel secundario (9),
siendo superior la prevalencia anual de las mujeres frente a los hombres (19,5%
y 15,5%, respectivamente).
La identificación de mayores
prevalencias anuales de consumo de alcohol en las escolares del Perú guarda
correspondencia con la evidencia que sugiere una reducción de las diferencias
de género en el consumo de alcohol (13), como también a la
información epidemiológica de otros países de la región (14). Al
analizar las magnitudes recientes de consumo de alcohol según género en función
de variables sociodemográficas (Tabla 1), se observa que el grupo femenino
obtiene mayores prevalencias anuales de consumo de alcohol, excepto en las
estudiantes de 17 a 20 años de edad y quinto año de secundaria. Tanto mujeres
como hombres presentan un patrón incremental de consumo alcohol a medida que se
avanza en los grados de estudio. Se advierte también que ambos sexos comparten
prevalencias anuales significativas de consumo de alcohol en el grupo de edad
de 11 a 13 años y primer año de secundaria; por consiguiente, se identifica uso
precoz de alcohol en mujeres y hombres.
Tabla
1.
Prevalencia anual del consumo de alcohol en mujeres y hombres según variables
sociodemográficas
Fuente: DEVIDA - Estudio Nacional
sobre Prevención y Consumo de Drogas en Estudiantes de Secundaria 2017
Además del reporte de uso de
alcohol, se identificó una importante proporción de estudiantes que presentan
episodios de embriaguez e indicadores de consumo intensivo y consumo
problemático. Estos patrones de utilización de bebidas alcohólicas preocupan
por sus efectos negativos. La investigación sugiere que los episodios de
embriaguez en la adolescencia incrementan el riesgo de mortalidad (15) e involucramiento en comportamientos riesgosos
como el consumo de drogas ilegales, accidentes, participación en acciones de
violencia y bajo desempeño académico (16).
Lo mismo ocurre con el beber
excesivo o binge drinking
(patrón de consumo de alcohol caracterizado por la ingesta de cinco o más
bebidas alcohólicas en una única ocasión en las dos últimas semanas). La
investigación con adolescentes muestra de forma consistente que el beber
excesivo incrementa la posibilidad de ocurrencia de violencia interpersonal,
lesiones intencionales y no intencionales, menor desempeño académico,
comportamientos sexuales de riesgo, entre otros (17). También existe
evidencia de que el beber excesivo en la adolescencia se relaciona con el
desarrollo de trastornos por consumo de alcohol en la adultez (18).
La Tabla 2 muestra que mujeres
y hombres presentan porcentajes similares de reporte embriaguez de uno a dos
días. En contraste, el reporte de embriaguez de tres a más días es superior en
el grupo masculino. De otro lado, se observa una leve diferencia entre hombres
y mujeres en el consumo intensivo de alcohol reportado al menos una vez. No
obstante, el grupo masculino reporta un mayor número de episodios. En cuanto al
consumo problemático de alcohol, que hace referencia a un patrón de consumo que
genera daños a la salud y afectación psicosocial, se evidencian proporciones
similares en ambos géneros. Estos datos tienen especial relevancia para
reconocer la existencia de un patrón desadaptativo de
consumo de alcohol en un grupo significativo de escolares, involucrando de forma
similar a mujeres y hombres.
Tabla
2.
Reporte de embriaguez, beber excesivo de alcohol (usuarios de último mes) y
consumo problemático de alcohol (usuarios de último año) en escolares de nivel
secundario según género
Fuente: DEVIDA - Estudio Nacional
sobre Prevención y Consumo de Drogas en Estudiantes de Secundaria 2017
En general, estos hallazgos nos permiten redefinir nuestra
comprensión sobre el consumo de alcohol en la población adolescente,
cuestionando la visión androcéntrica sobre esta problemática, así como a los
modelos tradicionales de masculinidad y feminidad. Como se ha podido apreciar,
las cercanías en las magnitudes de uso de bebidas alcohólicas en hombres y
mujeres también comprenden patrones riesgosos de consumo.
Explicaciones a la convergencia
Tradicionalmente, los hombres
han consumido más alcohol que las mujeres, debiéndose en parte a roles
específicos de género definidos culturalmente. Asimismo, el consumo de alcohol
se asocia con una menor sanción social y permisividad en los hombres en
comparación que en las mujeres. Sin embargo, la información epidemiológica
ofrece alcances sobre un cambio significativo en el comportamiento de uso y
concepciones sobre el alcohol en hombres y mujeres adolescentes del Perú.
Contrariamente a la idea de
que una menor brecha de consumo de alcohol en mujeres y hombres ocurre en
países desarrollados con mayor igualdad de género (19), las prevalencias y
patrones desadaptados identificados dejan clara constancia sobre la reducción
de las diferencias en el uso de bebidas alcohólicas en la población adolescente
a pesar de las desigualdades de género existentes en nuestro país. Es posible
que ciertas condiciones culturales asociadas a un cambio en los estereotipos y
roles de género hayan contribuido a este fenómeno. Del mismo modo, la mayor
exposición al alcohol en las adolescentes a través de las interacciones
sociales con adolescentes varones ha generado un entorno de aceptabilidad
social para el consumo femenino. De esta forma, al parecer, ha disminuido la
percepción negativa asociada al consumo de alcohol en las mujeres adolescentes
Otro aspecto importante a
considerar es la influencia de la publicidad y la comercialización en el cambio
de los estereotipos de género asociados al alcohol. A través de diversas
estrategias de marketing, la industria del alcohol llega al mercado femenino
en un contexto de escasa regulación y en pleno proceso de cambio en los roles
de género, donde las mujeres peruanas van asumiendo un mayor empoderamiento.
Aunque estas estrategias se dirigen a la población juvenil y adulta, existe
evidencia de que la publicidad del alcohol y su presencia en medios de
comunicación incrementa la probabilidad de que los adolescentes comiencen a
consumir esta droga (20). De acuerdo a esto, se estaría configurando un
escenario propicio de acceso y normalización del consumo de alcohol desde la
adolescencia para ambos géneros. Se necesita de mayor investigación
(cuantitativa y cualitativa) que explore estas y otras posibles explicaciones
detrás de la convergencia género en el consumo de alcohol.
RETOS PARA EL ESTABLECIMIENTO
DE POLÍTICAS E INTERVENCIONES ASOCIADAS AL CONSUMO DE ALCOHOL EN LA POBLACIÓN
ADOLESCENTE
Mejorar la cobertura y calidad
de los programas preventivos en el ámbito escolar
En la actualidad, los
programas preventivos del consumo de drogas llegan a un porcentaje limitado de
la población escolar de nivel secundario. En el ámbito público, tomando en
consideración la cifra 2018 de implementación del Programa Presupuestal de Prevención
y Tratamiento (PTCD), la cobertura asciende a 27%. Es decir, aproximadamente
tres de cada diez escolares de nivel secundario procedente de escuelas públicas
accede a programas preventivos del consumo de drogas (21).
Para las escuelas privadas no hay estimaciones de cobertura, pero es necesaria
la implantación de programas o actividades preventivas considerando que sus
estudiantes presentan mayores prevalencias de consumo de alcohol respecto a los
estudiantes de colegios públicos (9).
Es importante destacar que la
ampliación de coberturas es insuficiente de no considerar mecanismos
institucionalizados de mejora de la calidad. Ello implica emprender acciones
orientadas a obtener resultados periódicos de eficacia, efectividad y
eficiencia en los programas. De esta manera, la prevención no solo debe estar
disponible, sino también deben generar resultados e impactos preventivos
medibles en los escolares sobre la base de programas que funcionen. Bajo este
marco, la adopción de estándares de calidad basados en evidencia para el diseño
e implementación de programas preventivos en el ámbito escolar es una medida
oportuna (22).
Asimismo, será necesaria la inclusión de un grupo de criterios específicos de
calidad que promuevan la incorporación de contenidos y estrategias sensibles
al género. Llegar progresivamente a un mayor número de escuelas con programas
preventivos de calidad representa una política imprescindible para afianzar los
esfuerzos en la reducción del consumo de alcohol y otras drogas en los escolares.
Adaptación de contenidos y
estrategias preventivas sensibles al género
La adolescencia es un momento
crítico para la prevención. Aunque a nivel de estudios específicos diversos
programas han mostrado efectos positivos, los metaanálisis
reportan un modesto impacto de los programas preventivos del consumo de drogas
en el ámbito escolar (23). Esto no debe hacernos suponer que la prevención es
inefectiva o una mala inversión pública. Al contrario, debe hacernos
reflexionar sobre la complejidad (multifactorialidad)
de la problemática del consumo de drogas y la pertinencia de contar con mejores
programas preventivos. Ello implica la adopción de procedimientos basados en la
evidencia que influyan desde la etapa de diseño o adaptación cultural hasta la
diseminación a gran escala sustentada en estudios de eficacia y efectividad.
La información epidemiológica
respalda la necesidad de adoptar un enfoque específico de género en la
intervención preventiva. Los programas preventivos son más efectivos si su
contenido tiene en cuenta aspectos asociados al género. Para el caso de los
hombres adolescentes, las intervenciones son más efectivas si se incluyen
sesiones o actividades orientadas a la mejora de habilidades sociales y
asertividad, mientras que la facilitación de la expresión, reducción del estrés
y técnicas de autocontrol emocional se han mostrado más útiles en las mujeres
adolescentes (24).
Otro tema a considerar es que
los programas de habilidades para la vida, que se enfocan en el uso de
sustancias y se enseñan en aulas mixtas, parecen ser una adecuada estrategia
de intervención contra el consumo de alcohol en mujeres y hombres en la
adolescencia temprana. En la adolescencia media y tardía, sin embargo, las
diferencias de género pueden ser más pronunciadas, requiriéndose con mayor
fuerza componentes específicos al género (25).
Además, existe evidencia sobre
los efectos diferenciales de programas preventivos en el ámbito escolar según
el género. Así, por ejemplo, los programas preventivos basados en la mejora de
habilidades psicosociales obtienen mejores resultados en las mujeres
principalmente cuando se aplican a edades tempranas. Por otra parte, hombres y
mujeres adolescentes pueden diferir en los efectos preventivos de las variables
psicosociales de intervención del programa. Se ha observado que las
adolescentes que presentaban baja autoestima tuvieron un menor beneficio.
Además, se sugiere que las mujeres se encuentran más influenciadas por factores
protectores familiares, mientras que los niños son más influenciados por el
entorno comunitario y escolar (26).
Detección temprana, derivación
e intervención breve en adolescentes con uso problemático de alcohol
Aproximadamente 500 000
escolares de nivel secundario refieren necesitar orientación sobre el consumo
de drogas y 130 000 señalan requerir tratamiento. La necesidad de orientación
se registra en mayor medida en el grupo femenino, y la necesidad de tratamiento
se reporta en mayor porcentaje en el grupo masculino. A esto debe sumarse la
identificación de alrededor 67 000 estudiantes que presentan beber excesivo y
aproximadamente 118 000 estudiantes que reportan consumo problemático de alcohol
(9).
Estos datos sustentan la necesidad de reducir la brecha de cobertura de
servicios de orientación y tratamiento asociado al consumo de drogas, así
también como la puesta en marcha de mecanismos articulados de detección
temprana, derivación e intervención breve. La implementación de estas
intervenciones tendrá que considerar las características de los adolescentes,
prescindiéndose de modelos tradicionales de prestación de servicios.
En nuestro país ya existe una
respuesta pública que demanda ser fortalecida. Los servicios municipales de
orientación sobre drogas implementados a través del
PTCD, «Habla Franco» de DEVIDA, «Lugar de Escucha» de CEDRO, y los Centros de
Salud Mental Comunitarios (CSMC) del Ministerio de Salud, tienen un rol
fundamental en estos esfuerzos. Cabe destacar que las instituciones educativas
también poseen un potencial importante de participación en las acciones de
detección temprana y derivación. Para ello se deberá impartir el entrenamiento
correspondiente a los docentes tutores y psicólogos. Este enfoque ha mostrado
ser útil para casos que de otra forma podrían pasar desapercibidos, permitiendo
la identificación de adolescentes en etapas iniciales de uso problemático de
alcohol y contribuyendo al cierre de brechas entre la necesidad de tratamiento
y el acceso efectivo al tratamiento (27,28).
Elaboración de guías y
protocolos específicos de tratamiento para adolescentes
Aunque no hay disponibilidad
de información sobre la cantidad de adolescentes que presentan trastornos por
consumo de alcohol, los datos disponibles en el Perú sobre uso problemático e
intensivo de alcohol justifican la elaboración de guías y protocolos de
tratamiento específicos y sensibles al género para adolescentes. Los estudios
han demostrado que el tratamiento de estos problemas es eficaz para mejorar
los resultados de salud en los adolescentes. La investigación metaanalítica encuentra que la terapia familiar es la
intervención con mayor evidencia de efectividad en comparación a otros tipos de
tratamiento ambulatorio. Sin embargo, la terapia de mejora motivacional,
terapia cognitivo-conductual y la combinación de ambas también ofrecen efectos
de reducción del consumo de drogas (29).
El desarrollo de guías y
protocolos deberá considerar también las barreras de tratamiento propias de la
población adolescente. Por ejemplo, la investigación sobre la búsqueda de
ayuda terapéutica entre los adolescentes con problemas de salud mental muestra
la existencia de barreras que deben ser gestionadas por los operadores de
servicios. Los adolescentes suelen mantener sus problemas para sí mismos o
recurren a sus compañeros, perciben estigmatización, falta de confidencialidad,
confianza limitada en los profesionales de la salud y falta de reconocimiento
del problema (30). La gestión para reducir estas barreras percibidas es
fundamental para el logro de adherencia.
Vinculado a lo anterior, las
guías y protocolos tendrían que ofrecer estrategias que disminuyan la
posibilidad de abandono terapéutico en los adolescentes. La investigación ha
identificado diversos factores que influyen en el adolescente para participar (o
no) en el tratamiento: relación con los padres, percepción sobre el proceso
terapéutico, calidad de la relación con el terapeuta, y expectativas sobre los
resultados terapéuticos (31,32). Lo expuesto tiene implicancias para
el establecimiento de espacios sostenidos de capacitación y entrenamiento en
los operadores de servicios terapéuticos
Estrategias preventivas
ambientales que articulen respuestas multisectoriales y multinivel
Una respuesta promisoria a la
complejidad de los distintos factores de riesgo implicados en el consumo de
alcohol es la implementación de estrategias de prevención ambiental que se
orientan a modificar entornos sociales, culturales, físicos y económicos. Dado
su carácter normalizado, el consumo de alcohol tiene un importante arraigo en
estos aspectos. Por ello, una política e intervención integral sobre el consumo
de alcohol en los adolescentes tendría que priorizar acciones en las
comunidades, publicidad, normatividad y regulaciones.
Modificar entornos sociales y
culturales que favorecen la involucración de los adolescentes en el consumo de
alcohol requiere de políticas que articulen el trabajo de instituciones
públicas (Ministerio de Salud, Ministerio de Educación, DEVIDA, Gobiernos
Regionales, Municipalidades) y privadas (organizaciones no gubernamentales,
universidades, empresas). La evidencia científica puede ofrecer orientación
para una gestión multisectorial y multinivel (nacional, regional, local)
efectiva.
Existe evidencia que sugiere
que la exposición a mayores densidades de puntos de venta de alcohol incrementa
el riesgo de uso y el uso excesivo de alcohol en los adolescentes (33).
Asimismo, la evidencia nacional muestra que los escolares de nivel secundario
acceden al alcohol principalmente a través de bodegas, licorerías y
supermercados (9). La repuesta a esta coyuntura involucra acciones que
pueden verse reflejadas en políticas locales que sean más estrictas para
otorgar o renovar permisos de funcionamiento para los establecimientos que
venden o sirven bebidas alcohólicas, restringir la presencia de publicidad
exterior o vallas publicitarias de bebidas alcohólicas, prohibir el consumo
público, impartir capacitación para el personal de establecimientos que venden
o sirven alcohol (bodegueros, personal que atiende en bares o discotecas),
entre otros. La adopción de estas medidas de forma articulada podría ejercer
efectos positivos para la reducción del consumo de alcohol en los adolescentes (34,35).
En general, se ha observado que la asunción de
políticas que desarrollan mayores acciones de regulación obtiene mejores
resultados en la reducción del consumo de alcohol en adolescentes. Por ejemplo,
se ha observado que la probabilidad de que los estudiantes beban en el recinto
escolar se incrementa cuando los estudiantes perciben una política educativa
laxa o débil sobre el alcohol (35). En correspondencia con lo anterior,
existe evidencia que señala que las acciones de políticas más estrictas hacia
el alcohol (tolerancia cero) presentan mejores resultados que políticas más permisivas
o tolerantes (36, 37).
A nivel de intervenciones de
carácter nacional para el consumo de alcohol, es necesario analizar los efectos
de dos políticas: la primera es el incremento de precios/impuestos e incremento
de la edad legal de consumo. Respecto a la primera, existe un cuerpo de
investigación importante que indica que el aumento de precio e impuesto a las
bebidas alcohólicas reduce el consumo e impactos negativos asociados (38,39).
Si bien es cierto el Ministerio de Economía y Finanzas ha realizado incrementos
periódicos al impuesto selectivo al consumo para las bebidas alcohólicas, no
existe información sistemática sobre los efectos de estas medidas en el consumo
de alcohol en la población adulta y adolescente. Generar información en esta
materia es clave para ajustar o mejorar esta política.
En cuanto a la segunda, se
dispone también evidencia sobre sus resultados positivos en la disminución del
uso de alcohol en adolescentes (40,41). El Perú se encuentra en el
mayoritario grupo de países que cuenta con una regulación que permite el acceso
de alcohol a los mayores de 18 años. No obstante, más allá de razonamientos
legales, es necesario evaluar la pertinencia de incrementar la edad mínima
legal a 21 años bajo consideraciones evolutivas. Por ejemplo, la investigación
establece que los cambios cerebrales estructurales continúan hasta los 20 años
aproximadamente. Del mismo modo, la capacidad de toma de decisiones se
desarrolla incluso luego de los 21 años de edad. El consumo de alcohol previo a
esta edad pone en serio riesgo el desarrollo cerebral de los adolescentes (42). En
suma, la evidencia neurobiológica y cognitiva ofrece argumentos para considerar
un incremento de la edad mínima legal.
CONCLUSIÓN
La información epidemiológica
reciente sobre el consumo de alcohol en la población escolar de nivel
secundario sugiere la presencia de un cambio en el patrón de uso que debe
tomarse como un tema de preocupación para la salud pública, pero también como
oportunidad para poner en marcha programas preventivos y terapéuticos sensibles
al género y a la etapa de vida adolescente. En definitiva, la disminución de la
brecha de consumo de alcohol entre mujeres y hombres adolescentes en el Perú es
expresión de la naturaleza dinámica del consumo de drogas y conforma una
problemática que demanda adaptabilidad y pronta respuesta desde las políticas e
intervenciones.
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Fuente de financiamiento: Autofinanciado.
Citar como: Cabanillas-Rojas W. Consumo de alcohol y género en
la población adolescente escolarizada del Perú: evolución y retos de
intervención. Rev Peru Med Exp Salud Publica.
2020;37(1):148-54. doi: https://doi.org/10.17843/rpmesp.2020.371.5151.
Correspondencia: William Cabanillas-Rojas; wcabanillas@devida.gob.pe.
Contribuciones de los autores: WCR ha participado en la concepción del artículo
y su redacción.
Conflicto de interés: El autor declara no tener conflictos de interés.
Recibido:
23/01/2020
Aprobado:
26/02/2020
En línea:
23/03/2020